Esta es la historia de Ayman, un chico de origen magrebí procedente de Tánger, que con 18 años se lanzó al mar (nunca mejor dicho), puesto que llegó nadando en Ceuta con el objetivo de cambiar su vida.
Ayman llegó a España en junio del año 2021, y su situación no fue fácil. Estuvo un mes viviendo en la calle y después fue acogido en un centro durante quince días. Desde allí se puso en contacto con su hermana, que vivía en Francia, pero no fue de gran ayuda, puesto que ella no se podía hacer cargo. Más tarde, Ayman fue a una comisaría, y lo derivaron en la Cruz Roja, y posteriormente acabó en uno de nuestros centros, la Llar Aguiló.
Cómo llegó con las manos vacías, su objetivo fue estudiar para cumplir uno de sus sueños: tener su propia peluquería, ya que en su país de origen y durante su estancia en el territorio estuvo trabajando en este sector.
Dicho y hecho. Cuando recibió la prestación económica por parte de la DGAIA (Dirección General de Atención a la Infancia y en la Adolescencia), abrió su propio negocio, la peluquería tan esperada. Con ayuda de su educadora, inició los trámites correspondientes para poder abrir cuanto antes mejor y poder así hacer su sueño realidad.
La búsqueda del local no fue fácil, después de un par de visitas fallidas por Sabadell y Barcelona, encontró uno en Esplugues de Llobregat que se adaptaba a sus necesidades y presupuesto.
Una vez realizadas las gestiones de traspaso, con el acompañamiento profesional, se diseñaron flyers, carteles con los precios y promociones, así como el cartel de entrada. Para finalizar, se dio de alta como autónomo para poder llevar a cabo la actividad.
Y el día 14 de julio, después de días ya con el negocio abierto, se hizo una fiesta de inauguración con educadoras/es de la Llar Aguiló y otros miembros de la entidad, para así dar visibilidad al local y apoyo al Ayman.
Está claro que quien no se arriesga, no gana. Felicidades y buena suerte, Ayman.